sábado, 26 de mayo de 2018

Tomado de El Pilón en Valledupar el 12 de marzo de 2011

TOMADO DEL PILON (VALLEDUPAR ) HOY 12/03/2011
 Por: JULIO OÑATE MARTÍNEZ

Un 27 de diciembre del lejano año de 1907, en el hogar de Lucas Gómez Aragón y Margarita Daza Vidal, nació el niño José María, quien – con el correr de los años- llegaría ser pionero en la figura del compositor como tal, es decir, desligado de la interpretación del acordeón.

Su vena musical la recibe de su padre, ya que los Aragón provenientes del pueblo de Camarones, (Guajira), fueron reconocidos músicos que dominaron el violín, la guitarra y la bandurria, llegando inclusive a fabricarlos. Desde los 7 años, el pequeñuelo ya preocupaba a su madre con las escapadas que se daba de la casa a ver los ensayos de la banda del pueblo, cuyo director era Francisco Arrieta, de Galapa, (Atlántico), razón por la cual el grupo, era conocido popularmente como La Banda de Arrieta. La banda mencionada interpretaba música propia de la época: Danzas, Danzones, Valses, Pasillos, pero la música provinciana no afloraba todavía.

En 1922 ante la carencia de colegios en Fonseca es enviado a Santa Marta y posteriormente a Bogotá donde se graduó en el año 34 en Odontología, en el Instituto Dental Colombiano, que era la Facultad de la época. Durante su permanencia en Bogotá muestra inclinación por el violín, aprendiendo rápidamente a interpretarlo. Con algunos paisanos que tenían sus mismas inquietudes musicales organizó una pequeña orquesta en la capital, ganando popularidad como La Orquesta de los Costeños. Actuaban en concursos y reinados  estudiantiles, pero los cachacos, enemigos de la bulla, lograron a los dos años acabar estos eventos con la consiguiente desintegración del grupo. Entre los integrantes estaban, Diofanor Peña, abogado y magnífico guitarrista; un venezolano de apellido Altube, como segundo violinista y en la guitarra, de origen chocoano, el negro Rendón. Además, un valluno de apellido Mosquera en la flauta, el barranquillero Enrique Millón en la guitarra y Chema Gómez primer violinista. El director era Rafael Gómez músico de la Filarmónica de Bogotá.

En 1924 por problemas de salud no estudió y se quedó en Fonseca y en una visita a Patillal donde su primo Tomás Cipriano Medina Gómez, fue invitado por éste a una noche de festejos donde los indios que habitaban las estribaciones de la Sierra Nevada. El manejaba algo la estructura musical y de regreso al pueblo en un papel pautado escribió la musiquilla de los indios, cuyos versos nunca olvidó y que decían:

"Echa pa' lante chava soto, 
que vamo a amanecé,
echame un trago, echame tré'
que vamo a amanecé
que si yo no te los pago
te los paga mi muje'. 

La anterior experiencia fue para Chema el punto de partida para explorar lo que denominó “Música Provinciana” y empieza a componer algunas cosas, pero tomando como base el sonsonete de los indios. A su regreso a Bogotá, el año siguiente, incorporó estas primeras muestras al repertorio de los costeños y durante un ensayo del grupo recibió la visita del director de La Filarmónica, Guillermo Espinoza Grau, quien al escuchar las melodías de los arhuacos y fascinado por ellas, le recomendó que siguiera cultivando esa música que algún día tendría renombre.

En una fecha parecida a 1936 ya el joven odontólogo Chema Gómez había compuesto sus primeras obras musicales las cuales fueron Fonseca Y Sanjuanera  que más adelante fueron identificadas como paseo. A comienzos del 40 dio a conocer su obra más celebre El Compae  Chipuco.  Aunque no fue un compositor muy fecundo sus obras todas tienen sabor terrígeno y están impregnadas con un toque humorístico donde resalta la picaresca, entre ellas podemos mencionar El Indio Leguleyo y El Piojo, además el paseo Alborada Musical, el merengue Canto a las Mujeres y la puya Amor Borracho.

Chema Gómez se radicó en Santa Marta la mayor parte de su vida y por achaques propios de la edad, allí recibió la muerte después de haber tenido una existencia fructífera, dejando un legado musical que hoy reposa en nuestro preciado cofre del folclor vallenato. 

El Vallenato nació en Fonseca por José M. Gómez Daza (Chema Gómez)

 

Controversia interesante - El vallenato nació en Fonseca

 Por: José M. Gómez Daza (Chema Gómez) 

Donde nació realmente el Vallenato?

Los valduparenses con Consuelo de Molina a la cabeza, dicen que ellos lo oyeron por primera vez, y de ahí que se agarren a este convencimiento, hasta el punto de que han creado anual­mente un festival, que termina con la coronación del rey cada año.

Al respecto, el doctor José María Gómez Daza, conoci­do ampliamente como Chema Gómez Daza, odontólogo, musicólogo, compositor y ejecutante sin par de varios ins­trumentos, nos ha sorprendido con un trabajo, en el cual él comprueba que el vallenato nació en Fonseca, la tierra de sus mayores.

Y tiene autoridad el autor, en razón a que Chema Gómez Daza, no es músico de hoy, sino que arranca del pasado, de su prodigiosa creación, ya que ha­ce varios años, varias de sus magnificas inspiraciones, fue­ron ejecutadas y grabadas por aquella orquesta sin par, que existiera hace muchos años en Barranquilla, Emisora Atlántico Jazz Band, de Guido Perla, orquesta integrada por verdaderas estrellas en cada instrumento. De consi­guiente que el doctor José María Gómez Daza el autor de "La Gacela" y "Compae Chipuco" que hicieron furor en su época, tiene autoridad para hacer esta afirmación, que el Vallenato nació en Fonseca.

El Vallenato nació en Fonseca?

Solamente para complacer a mis amigos y sin ningún deseo de originar polémica alrededor del origen del fol­clor musical Provinciano, hoy Vallenato, me voy a permitir expresar algunos conceptos recogidos desde mi infancia allá en Fonseca, la más bella comarca de la promisoria Guajira. Ojalá que si sean tenidos en cuenta cuando se haga un estudio completo sobre este asunto. Como es in­discutible, el acordeón fue introducido a nuestro país por inmigrantes italianos y alemanes, a principio de este si­glo, sin duda alguna por el puerto de Riohacha el más im­portante por su comercio de importación y exportación desde tiempo de la colonia.

Los comerciantes italianos Donato y Félix Anicharico fueron los primeros que trajeron acordeones para la ven­ta en Riohacha. Donato, de Riohacha pasó a vivir con su familia a Fonseca donde estableció una casa comercial, la más importante en su época. El tocaba muy bien el acor­deón y entre muchas melodías le oía ejecutar TORNA SORRENTO, MAMA MÍA y partes de óperas.

Los primeros acordeonistas: ‘que surgieron en Fonseca fueron Luis Pitre, Gabriel Sajaud, Roque Pinto y Juan So­lano. Luis Pitre y Gabriel Sajaud aprendieron a tocar con Donato Annichiárico por ser empleados de su almacén desde muy jóvenes. Pitre era un gran ejecutante de puyas y currulaos. Sajaud era más clásico. A él le oí tocar valses de Estraus, partes de la Casta Susana, etc. Sin lugar a du­da el mejor acordeonista que tuvo las Provincias de Pa­dilla y Valledupar fue Luis Pitre. Tenía el don del verdade­ro músico, de no tomar trago ni fumar; pero eso sí, muje­riego espantoso con grandes éxitos por su decadencia y porte gentil. 

¿Qué era la Colita? 

En Fonseca como en los demás pueblos de las provincias de Padilla y Valledupar después de la guerra de los mil días, había una agrupación musical (banda) bastan­te completa dirigida por Rafael Arrieta. Todos los pueblos de estas provincias, Fonseca, San Juan, Villanueva, Valledupar, etc., después de la primera guerra mundial quedaron en la ruina total porque todos se habían dedicado al cultivo del café, del tabaco, prepara­ción de pieles de animales, etc., artículos que eran lleva­dos a lomo; de mula a Riohacha de donde eran exporta­dos a Alemania y demás centros europeos devastados por la guerra.

Terminada dicha guerra, comenzó, entonces, la reorga­nización del cultivo de banano en la Zona Bananera donde se decía corría tanto dinero que los obreros en vez de espermas para bailar la Cumbia, quemaban billetes.

Hubo una constante emigración de provincianos espe­cialmente de Fonsequeros hacia Aracataca,. Riofrio, Se­villa, etc. Como consecuencia, se desintegró la banda de músicos quedando en Fonseca solamente el clarinetis­ta y acordeonista, Juan Solano, el del bugle, José A. Pumarejo y los de la batería Dionisio Torres y Rafael Quintero. A este grupo musical lo llamaban los fonsequeros ' 'LA PIOR ES NA".

Como quedó sin director la bandita, tuvieron que echar mano de cantos comunes del pueblo que denominaron, "Colitas" nombre originado por el uso en esos tiempos del saco que llevaba una abertura en la parte posterior que el bailador abría al actuar. Las primeras melodías (cancio­nes) que se escucharon con el nombre de "Colitas" fueron el Dr. Medina, el Mondongo, La Mujer Amarilla, la ho­ja del Café, Chava Soto y una serie de valses autóctonos denominados "Valses Hatiqueros" compuestos en el poblado El Hatico, Corregimiento de Fonseca. Es importante advertir que los bailes de "Colita", solo tenían lugar en las clases bajas del pueblo. No eran aceptados en las cla­ses altas. Poco a poco fueron escalando las capas sociales en todos los pueblos de la provincia introducidos por los fonsequeros.       

 Origen del Son y Paseo 

"LA PIOR ES NA" fue desapareciendo por consunción y fue surgiendo el típico conjunto de acordeón, tambor y guacharaca. Como hasta ahora persiste. En esta forma fue muy notoria la influencia que tuvo el conjunto hatiquero de Santander Martínez, padre de Luis Enrique Martínez, uno de los reyes vallenatos de más nombradía por sus composi­ciones e interpretaciones. Solo en los últimos años de la década de los años 20 aparecieron los sones y paseos, mo­dalidades melódicas muy difícil de distinguir unas de otras, por los más entendidos en el canto vallenato.

Tanto el son como el paseo se escriben en medida de dos por cuatro (2x4). El son es una melodía lenta en sus movi­mientos, sentimental, triste y generalmente es sobre te­mas amorosos. Tuvo su origen en el Chicote, música y baile de los indios Aruhacos. El paseo, es más movido, con frases musicales, separadas por silencios en su parte vo­cal, los que son llenados por arabescos, adornos, tomados de la solera de la casa al capricho del acordeonista. Tuvo su origen en El Pilón, música de expresión mesti­za cuyas comparsas se presentan aún en los carnavales en la mayoría de los pueblos guajiros.

Ejemplos de sones: Matilde Elena, Bertha Caldera, Fonseca, Compae-Chipuco.

Ejemplos de paseos: Carmen Gómez, El Chevrolito, El Piojo, etc.

Editorial agosto 15 de 2003 del Periódico El Tiempo

El club de los artistas muertos

Se han ido desgranando uno a uno en las últimas semanas, como si tuvieran cita para un concierto en otra parte: Celia Cruz, Compay Segundo, Pacho Rada, Sergio Barreto (que fue el alma del son en París durante más de treinta años), Tite Curet Alonso (notabilísimo compositor puertorriqueño de La tirana, Plantación adentro y Periódico de ayer) ...

Ahora se suman a ellos Vicente Garrido, el gran bolerista mexicano autor de Te me olvidas, Una semana sin ti y No me platiques más, y el doctor José María “Chema” Gómez Daza, uno de nuestros más veteranos vallenatos, que acaba de morir en Santa Marta a los 95 años de edad. Suyos son el famoso paseo Compae Chipuco y otra veintena de cantos. 

El éxodo definitivo de grandes compositores y artistas latinoamericanos priva a la música popular de nombres que contribuyeron a crear la leyenda del son, de la salsa, del bolero, del vallenato, de la guaracha. Sin embargo, todos ellos brillan ya sobre el mar de la música caribe, cada vez más hondo y extenso, y seguirán presentes en sus canciones y en sus discos. 

Chema Gómez se confiesa: por Silvio Modesto Echeverría R

 
CHEMA GOMEZ, AUTOR DE 
“EL COMPAE CHIPUCO”, SE CONFIESA


Por: Silvio Modesto Echeverría R. 

"Cuando estés triste cántale a tu tierra, así darás a ella grata contribución." José María Gómez Daza.

Dentro del compromiso folclórico contraído con la masa lectora, hoy decidí entrevistar a otra de las grandes figuras de folclor del Mag­dalena Grande como lo es el com­positor José María Gómez Daza, conocido a nivel mundial por su canción "El Compae Chipuco", lle­vada al acetato por muchos artis­tas entre ellos Carlos Vives Restrepo. Nació el compositor en su amada Fonseca, antes pertene­ciente al Departamento del Mag­dalena y hoy día a La Guajira, el 27 de diciembre de 1907.

Se siente muy débil y manifiesta que llegó a esa edad (93 años por cumplir) porque no tomaba trago ni fumaba pero que sí gozó de muchas muje­res. Y aunque es una edad propia para abordar la fantasía, conserva su espíritu firme y sus recuerdos, pero algunas veces, como lo dije antes, da rienda suelta a la fanta­sía lo cual aplaudo. Casado con Celia Bermúdez de Gómez, una samaria de grandes cualidades y calidades morales, de la que en­viudó hace varios años y quien le dejó los siguientes retoños: Mar­garita Gómez de Correa, nacida en 1938, toda una dama, dedicada hoy a su hogar; Sara Gómez Ber­múdez nacida en 1940, pensiona­da de Puertos de Colombia; José Lucas Gómez nacido en 1942, pensionado del Sena, Alvaro Gómez Bermúdez nacido en 1944, pensionado de Puertos de Colom­bia y José María Gómez Bermúdez nacido en 1952 y bacteriólogo de profesión. Sus hijos le han dado los siguientes nietos: Margarita, Cecilia, Jaime Enrique, José Lucas, Maritza, Mónica, Diana, Eduardo Enrique, María Carolina, Guillermo José y Ana Lucía y a su vez sus nietos le han regalado los siguientes bisnie­tos: Flavio José, José Daniel, Hugo José y Camila. Todos estos perso­najes alegran la existencia de Che­ma Gómez.

Fue hermoso y placentero que a la realización de esta entrevista todos sus hijos, salvo Sara, estuvieran presentes lo que motivó más esta charla con el autor de “El Compae Chipuco”, “El Piojo”, llevados al acetato por Ivan Villazón Aponte, “Fonseca”, grabada con maestría por los Hermanos Zuleta Díaz, Tomas Alfonso y Emiliano Alcides, “El Indio Leguleyo”, “La Cachaca”, canción que fue estrenada para la primera Fiesta del Mar que se realizó en Santa Marta y en la cual el artista invitado fue Chema Gómez  y el día de la coronación fue dada a conocer y en la guacharaca se encontraba su hijo José Lucas , “la Perla del Caribe”, dedicada a Santa Marta, “Amor Borracho”, “Pizpireta”, para una mujer que mostraba sus dones coqueteriles a los habitantes del barrio donde vivía el compositor, "El beso de estilo" parecido a "El piojo", de doble sentido, "Chapalante", "Sanjuanera", dedicada una dama de San Juan, "La gacela", "Carrizal", "Alborada musical", poe­ma inspirado en su pueblo natal Fonseca y "La trío", son en total quince composiciones que están listas para ser integradas en un disco compacto si es que se en­cuentra financiación. La verdad que sería un bonito detalle por parte de sus hijos y un gran testimonio para el folclor del Magdalena Grande y sobre todo del Fonsequero.

En la casa de Margarita donde se encuentra viviendo José María Gómez Daza y en un ambiente de camaradería, hicimos esta entre­vista al odontólogo, compositor y pensionado del Ejército, luego de dejar de ejercer su profesión hacia los años 62-63 ante la pérdida de un ojo. Así iniciamos este encuen­tro:

¿Qué instrumentos toca Che­ma Gómez y dónde los apren­dió?
Cuando estudiaba mi carrera en Bogotá, paralelamente estu­diaba música en Bellas Artes y es así como le puedo decir que sé tocar guitarra, acordeón, piano, dulzaina, que fue el primer instru­mento que manejé, tenía como siete u ocho años allá en Fonseca, violín, tiple, bandurria. Ahí tengo un acordeón piano (el último ins­trumento que he tenido), me costó $450.000 aquí en Santa Marta, se lo compré a una señora a quien se lo trajeron de Estados Unidos que lo había encargado para su hija pero que dicha hija no quiso mane­jarlo porque le daba pena, enton­ces me lo vendió a mí por los mismos $450.000 que le había costado. Como le dije, en Bellas Artes aprendí a tocar varios instru­mentos.

Pienso que su primera can­ción no fue "Compae Chipuco". ¿Estoy en lo cierto o equivoca­do? Acláreme esto. Yo había compuesto otras can­ciones que no habían sido graba­das. Hay una de esas que dice: Sin comején no ponen las cotorras/ y sin mujeres yo no voy donde Goya (Magolia).

Díganos, ¿cómo fueron naciendo sus canciones y exprésenos sus temáticas? 

• "El piojo", eso es lo que se denomina poesía atrávica. Pues hacia años que en Francia y en España la empleaban; que era empezar esta estructura. para expresar cosas que no se podían decir públicamente porque eran inmorales. Aquí podemos decir que nació el doble sentido que hoy día maneja Dolcey Gutiérrez.

• "Fonseca". En Fonseca había una tradición, todos los sábados por la noche, en El Hatico tocaban un tambor para indicar que ese día había baile y los jóvenes de Fonseca y pueblos vecinos iban a bailar allí, entre ellos Abraham Correa.

• "El indio leguleyo". Lo que narro en esta canción fue verídico, era un indio que tenia una empresa (la gente prodigiosa de Atánquez). Él, con un grupo de ellos, fabricaban ron de contrabando en la Sierra de Atánquez y yo conocí al indio, pero un día que se encontraba vendiendo el licor lo cogieron preso y un tío mío lo sacó de la cárcel, alegando que él no era el propietario del negocio sino un vendedor.

• "La cumbia del Caribe". (Su hijo José Lucas le silba la canción). Es una canción que yo he hecho especialmente para dejársela a Santa Marta.

• "El amor borracho" es otra canción muy bonita, su música es parecida a la de "El piojo", alegre, es un poco inmoral que se puede decir en canción pero no todo el mundo es capaz de eso.

• "Pizpireta". Esa la compuse ya viejo. Era una vecina que mostraba alegría en su andar, era una morena alta. buena moza. le picaba el ojo a todo el mundo y cuando ella pasaba por acá todos teníamos que ver con ella.

• "Chapalante", es una danza Aruhaca, con tambora (vuelve José Lucas a silbarle la melodía).

• "Sanjuanera". Aunque siendo fonsequero hice esta composición para resaltar a la gente de San Juan, de Valledupar, de Fonseca porque era muy unida, gente buena. por eso le hice ese canto.

• "Carrizal". Esta canción se la dediqué a un barrio que queda en Fonseca.

• "Alborada musical". En ella hablo del amanecer de Fonseca y expreso: "Ya los loros no cantan y los perros no ladran", me sentí bastante inspirado cuando la compuse.

• "El compae Chipuco". Esta canción causó revelo y extrañeza en Valledupar porque la gente de Valledupar era manchada, en esa época había un animal, una avispa que le picaba a uno cuando se bañaba en el río y le picaba el cuerpo, las piernas y las manos, entonces el vallenato puro (habitante) era pintado, por eso la canción dice:

"Y allá en la plaza me encontré con un viejito conversón, entonces bruscamente le pregunté compadre, ¿cómo se llama usted? Me llamo compae Chipuco y vivo a orillas del río Cesar soy vallenato de verdad/ tengo las patas bien pinta no creo en Santos (candidato Liberal) no creo en Santos no creo en na yo creo en López (que era el otro candidato nieto de una vallenata) en Santo Eccehomo y nada más.

¿A cuáles de las canciones le ha puesto afecto y confianza?
Después de "Compae Chipuco" que me ha dado tantas satisfacciones me gusta "Fonseca", que dice:

"Allá en Fonseca, donde brilla la luna entre cardones y tunas suena un acordeón" esa canción fue bastante divulgada y en Fonseca gustó mucho. Fonseca y la provincia de Padilla eran los más hermosos de toda esta vaina.

¿Quién o quiénes de sus hijos. nietos o bisnietos han heredado la vena musical suya?

Ninguno, se va a morir mi vena musical y no va a haber seguidores.

¿Le ha permitido la música (sus composiciones) educar a sus hijos o por el contrario tuvo siempre algún trabajo asegurado o pensión?

Yo nunca he dependido de lo que la música o mis creaciones me han dado, eduqué a mis hijos gracias a mi profesión de odontólogo, cuando terminé mi profesión me vine para Santa Marta y aquí fui bien recibido como dentista, y actualmente  gozo de una pensión por haber trabajado con el Ejercito.

Hablemos de la amistad. ¿A quienes considera sus verdaderos amigos?

Yo tuve buenos y verdaderos amigos, pero hoy que voy a cumplir 93 años. mis amigos casi todos se han muerto.

¿Sufrió usted alguna decepción con un músico, amigo o vocalista?
No. Yo siempre he sido muy distinguido entre los compositores provincianos, no solo en la provincia sino en Barranquilla. Cartagena y en Ciénaga, donde me conoce mucha gente.

Ahora el turno es para su esposa. hábleme de ella. ¿Cómo se conocieron y si ella lo inspiró alguna vez?
Mi esposa era samaría, neta, muy samaria. fue bella, de apellido Bermúdez. era pobre pero muy distinguida, nunca le hice una composición. nos conocimos en esta ciudad.

Si le dieran la oportunidad de escoger un vocalista y un acordeonista para que interpretaran sus canciones ¿a quién o quiénes escogería?
Muy difícil de contestar por el lado de los acordeonistas, hay mucha gente que no sabe tocar acordeón.

¿A usted le gustaría que sus canciones, su vida saliera publicada en un libro, que quede para la historia folclórica?
Si. siempre y cuando sea para darle importancia a los hijos. Mis hijos son muy juiciosos y distinguidos entre la familia, me gustaría que dejaran alguna historia. Ellos se han portado muy bien, mejor dicho...

Díganos algo, maestro, que haya engrandecido su ego.
Para un febrero, siendo yo muy joven, que hubo unos carnavales en Santa Marta, el Club Santa Marta, integrado por gente distinguida de esta ciudad, me eligió miembro honorario, entonces eso ocasionó una pelotera terrible entre habitantes de Santa Marta que eran miembros.

Y como cierre de esta entrevista acudimos a uno de sus hijos, José Lucas, a quien le preguntamos: Ya usted conoció la descripción que su padre hizo de ustedes.

¿Cómo lo define usted?
Ha sido un buen padre, nos enseñó, nos dio muchos valores y lo que más vivenciamos nosotros es el valor moral que nos deja, las buenas costumbres. Nos dio una educación que es fundamental y que uno espera dejarle a sus hijos. En términos generales, ha sido un buen padre.

Articulo publicado en el periódico Hoy Lunes Diario del Magdalena el domingo 1 de octubre del año 2000.

ÉL ACORDEON Y LA MUSICA PROVINCIANA, HOY VALLENATA Por Osvaldo Robles Cataño

ÉL ACORDEON Y LA MUSICA PROVINCIANA, 
HOY VALLENATA

Por Osvaldo Robles Cataño
       Director Universidad Cooperativa de Colombia - Cali

Nos cuenta el doctor JOSE MARIA GOMEZ DAZA - CHEMA GOMEZ, el autor del “COMPAE CHIPUCO”, y DE “FONSECA”, entre otras melodías, que, después de la primera guerra mundial, en 1.918, los comerciantes italianos Donato Annicharico y  Donato Pugliese  introdujeron por Riohacha él instrumento musical que llego a ser él símbolo exclusivo de la Provincia de Padilla y hoy lo es de Valledupar : EL ACORDEON.

Donato Annicharico tocaba el instrumento y en su almacén de Fonseca tenia para la venta varios ejemplares, con sus manuales respectivos. Personalmente interpretaba música italiana : “Torna Sorrento”, “Mama Mía” o “Sole Mío”.

Comenzó por enseñarle en Riohacha a Aquiles Blanquicet, uno de sus dependientes del lugar, que se domicilió luego en él corregimiento de El molino, donde ejecutaba esas sonatas delicadas. Y en Fonseca, sus empleados Luis Pitre y Gabriel Sajaut, también fueron sus discípulos aprovechados y con él aprendieron a ejecutar esas melodías napolitanas.

Donato había llegado viudo a Fonseca, con sus dos hijas Donatila y Elia ; y posteriormente contrajo matrimonio con Inés De Leon, natural de Barrancas, con la que se formo su nuevo hogar, del cual le nacieron otros hijos. En su almacén, que era una miscelánea de comercio, llego también a vender los primeros GRAMOFONOS que se conocieron en la Provincia. Por él, pues, y por Donato Pugliese, recibimos él acordeón y nos anticipamos ensayando sus compases.

LA MUSICA PROVINCIANA
La modesta banda de música de viento que se había venido formando en Fonseca se desintegro casi totalmente en esos mismos años posteriores a la primera guerra mundial. La UNITED FRUIT COMPANY había adquirido los derechos de la compañía francesa que explotaba la Zona Bananera, y desde Ciénaga hasta Fundación se había intensificado abundantemente la riqueza del oro verde.

Muchas fueron las gentes de la Provincia y de Riohacha que emigraron a ese lugar en busca de trabajo. De Fonseca viajaban por las noches familias enteras unidas, haciendo largas jornadas en burros, para llegar a aquella tierra prometida.

Y los músicos de la banda lugareña también emigraron en busca de trabajo. Se quedaron solamente Juan Solano, José Antonio Pumarejo, que tocaban el bajo y los platillos, y él “Mocho Rincones”, mocho de un brazo, que tocaba el redoblante con el madero que le reemplazaba la mano. Estos sobrevivientes de la banda de Fonseca formaron con Luis Pitre y Gabriel Sajaut, los dos acordeoneros de Donato Annicharico, un grupo musical, denominado “LA PEOR ES NA” y comenzaron a crear entonces la música Provinciana (hoy música vallenata).

Él aprendizaje del acordeón se fue extendiendo muy rápidamente, y cada día se formaban nuevos virtuosos del instrumento. Se crearon otros grupos musicales que ahora acompañaban él acordeón con bombo, redoblante y guacharaca, animados por un personaje ayer desconocido: “él cantante”. El más renombrado de estos grupos creadores de música nueva fue él de ËL HATICO”, de Luis Enrique Martínez, (padre del autor de “LA TIJERA”), quien residía con su familia en ese caserío.

Así nació la verdadera MUSICA PROVINCIANA, hoy VALLENATA. Y se hizo a un lado el acompañamiento de los de la vieja banda fonsequera de música de viento. Él grupo de ËL HATICO” tuvo fama en toda la Provincia. Venían a escuchar su música personas importantes como Fidel Garcia Gómez, Piano (Tomas Cipriano) Medina Gómez, y conocidos políticos Riohacheros como don Andrés Cúrvelo Iguarán.

Un aficionado de Palmarito (pueblo cercano a San Juan del Cesar), compuso una tonada que luego tuvo renombre continental con la letra que le acomodara un prestigioso músico argentino. Así nació la bella melodía “Santa Marta tiene tren”, que se bailaba tanto en Buenos Aires como en New York: “Santa Marta, Santa Marta, tiene tren  - Santa Marta tiene tren pero no tiene tranvía - Si no fuera por la Zona, ay, caramba, - Santa Marta,  moriría, ay, hombe !-. “

La letra inicial de esta tonada, compuesta por él autor de Palmarito, es la siguiente : “Mi mujer, mi mujer se ha vuelto loca - y yo me quede llorando - a la p.... de su madre, - que me la cambie por otra. – Tanto como yo que la vida no vale nada “.

Surgieron luego compositores como Tobias Pumarejo. Y como quien nos hace este relato, CHEMA GOMEZ DAZA,  autor del son Provinciano “FONSECA”, y del “COMPAE CHIPUCO”, entre otros. La letra de “FONSECA”, tan sentida y evocadora como su música, compuesta en 1.926, es la siguiente :

“Allá en Fonseca donde brilla la luna - entre cardos y tunas suena una acordeón ; - canta la vida de un pueblo y sus montañas - llanuras y mujeres de noble corazón ; - cuando estés triste cántale a tu tierra - así darás a ella grata contribución ; - cántale a tu provincia risueña y bullanguera - que de la Costa entera es tierra de promisión.”.

ORIGEN DE LA MUSICA PROVINCIANA

Sostiene el doctor GOMEZ DAZA que el origen de las música provinciana es eminentemente aruhaco. Él primer día de los Carnavales se toca en Fonseca “ÉL CHICOTE”, con mujeres disfrazadas de indios y de indias, y él baile se hace con movimientos horizontales, como ocurre entre los Aruhacos ; y no con movimientos circulares, como la gente civilizada. Y tiene un acento acompasado, repetido, monótono, como en las danzas aruhacas. “ÉL CHICOTE”, es la tonada provinciana tradicional, y aun se toca en nuestros días con música de viento y con acordeón. 

Él segundo día de Carnaval se baila “ÉL PILON”, expresión emocionada de nuestro folklor tradicional, representado por mujeres pilando el maíz, con música y versos especiales, y también con él acento acompasado y repetido de los bailes indígenas.

La letra de “Él Chicote” hace alusión a un indio aruhaco, ya civilizado, que vivía en Fonseca : “Al pobre Vicentico - ya lo llevan a enterrá - con los hijos chiquiticos - y la mujer embarazá -“

LA MUSICA PROVINCIANA EN BOGOTA

En los años veinte, en dos ocasiones se festejaron carnavales estudiantiles en Bogotá, y se organizaron varios grupos musicales de diferentes regiones : de Venezuela, de Bogotá, del Chocó y de la Costa, y otros del conservatorio de música dirigido por los hermanos Uribe (hombre y mujer) que se ganó  el primer premio ; el segundo fue para el grupo costeño, del que era violinista el doctor GOMEZ DAZA,  a la sazón estudiante de Odontología.  Este grupo llevó por primera vez a Bogotá la música provinciana con acordeón.

El director del Conservatorio de Música de ese entonces, el maestro Espinosa, muchos años después, se tropezó en New York con el doctor GOMEZ DAZA, y se acercó para felicitarlo porque la música provinciana de su grupo estudiantil había triunfado y había tenido éxito y acogida en el propio New York, donde era ya conocida.

La música “PROVINCIANA”  es la música “VALLENATA” de hoy.
Hasta aquí el relato del doctor GOMEZ DAZA.

Cali, abril de 1996.

Cruz de Bastidas para personajes y entidades


Cruz de Bastidas para personajes y entidades
Diario Hoy Lunes Edición del 29 de Julio de 2000

Nueve personas y seis entidades serán condecoradas este sábado con la Gran Cruz de Bastidas, máxima distinción que otorgan la Alcaldía Samaría y el Concejo Distrital todos los 29 de julio, fecha del cumpleaños de la ciudad. En esta oportunidad, en un acto especial que se desarrollará frente al Altar de la Patria, en la Quinta de San Pedro Alejandrino, con la asistencia del presidente de la República, Andrés Pastrana Arango y varios de sus Ministros, el alcalde Jaime Solano Jimeno y el presidente del Concejo, Édison González, harán entrega de las distinciones.

La Gran Cruz de Bastidas, institucionalizada mediante una ley nacional, se le entregará a Wenceslao Mestre Castañeda y César Pompeyo Rodríguez, magistrados del Tribunal Superior de Santa Marta; Rodrigo Ahumada Bado, periodista inmolado; Luis Carlos Granados Gómez, ingeniero, y José María Gómez Daza, compositor. 

A JOSE MARIA GOMEZ DAZA “Chema Gomez”, se le destaca por su aporte al folclor colombiano. Es conocido como el "Compae Chipuco", quien en otrora se dedicaba a cantar de pueblo en pueblo sus temas, los cuales han sido grabados por los más reconocidos cantantes.

Igualmente, a Alberto Hinestroza Llano, periodista y escritor; Sonia Noguera Gómez, licenciada; al coronel Arnulfo Castro Rincón, Subcomandante de la Policía Magdalena, y al coronel José Domingo Rubio Saavedra, jefe del Estado Mayor de la Primera División del Ejército.

También recibirán la Gran Cruz de Bastidas, la Clínica El Prado, Profamilia, el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Santa Marta, el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) Seccional Magdalena y el Colegio La Presentación.

"Con la entrega de estas distinciones queremos hacer un reconocimiento a todas las personas hijas de Santa Marta, por nacimiento o por adopción, que de una u otra forma han contribuido o están contribuyendo a su desarrollo integral", sostuvo el alcalde Jaime Solano Jimeno.

“Así era mi Fonseca” por: José María Gómez Daza


“ASÍ ERA MI FONSECA”
                                                           
Por: José María Gómez Daza


Así era Fonseca en las décadas de los años 14 a  40 del presente siglo.

Su situación geográfica:

Ubicada en la provincia de Padilla, en el departamento del Magdalena Grande y a orillas del Río Rancherías, entre las estribaciones de la Sierra Nevada y el ramal oriental de la Cordillera de los Andes, tiene para la época a que hago referencia, un altura sobre el nivel del mar de 110 Mts. y con una población calculable en 1.200 habitantes, sin servicios públicos de ninguna especie. El agua era obtenida del Río Rancherías  por medio de barriles y tinajas. Las luces a base de lamparas de petróleo que era llevado de Venezuela, había una oficina telegráfica que solo transmitía a Riohacha y a San Juan del Cesar. La principal autoridad era ejercida por un Alcalde, siempre godo, dos policías y dos maestros, apoyados en “El Cepo” aparato que consistía en un par de tablones de carreto, que se unían por medio de aldabones con varios huecos, que daban un espacio para que el prisionero metiera las piernas y quedara acostado en el puro suelo (funcionó hasta el año 30).

 La pequeña Fonseca tenía las siguientes calles de norte a sur:

Ø La calle de los almendros, nombre debido a los muchos árboles que la circundaban. Por esta calle corrió durante muchos años una acequia, la cual que venia del Río Rancherías, con su bocatoma en la finca Santa María, de propiedad de Don Rafael Rincones y cuyas aguas eran utilizadas en la fabricación de Ron por el Doctor Rafael Ovalle; muerto este paso la fabrica a Don Nicolás Medina Ovalle.

Personajes influyentes de esta calle:

Doctor José Antonio Tovar C. (Odontólogo de la Universidad de Filadelfia, U.S.A.); Nicolás Medina y su familia; Don Rafael Cotes educado en Francia; Don José M. Escalante; José María Ponce.

Ø  La de “Las provisiones”, comenzaba muy cerca del cementerio y terminaba en la parte más oriental del pueblo.

Ø  La del Pereque o más tarde la del Corazón de Jesús, donde una de las primeras casas fue la de mis padres; después de ésta calle no había sino potreros y la carnicería.

Entre la calle de ‘los Almendros” y la de “las Provisiones quedaba la plaza del pequeño pueblo, que merece un capitulo aparte.

Esta plaza estaba edificada por los cuatros costados por las mejores construcciones de aquella época. Esta, fue invadida por las fuerzas del gobierno conservador, cuando el pueblo ocupado por tropas liberales, en el costado oeste y norte de dicha plaza. Después de una lucha terrible ya entrada la noche, los liberales alcanzaron a entrar a la iglesia y desde su torre, un muchacho de apenas 17 años, se le ocurrió con el petróleo de la iglesia y un arco guajiro, tirar un mechón que cayo en el techo de la casa más próxima. Este muchacho premiado por los jefes liberales se llamaba “Salastiel Brito” pariente de mi padre Lucas Gómez Aragón.

Los escombros de la mencionada cuadra permanecerían durante muchos años en ese sitio, hasta que los frailes Capuchinos construyeron la casa cural y un colegio para mujeres, muy bien dotado, que aún existen.

Es importante anotar que el combate entre las fuerzas del gobierno y la de los liberares dejo semidestruido el pueblo, porque los liberales para poder desalojar de la plaza a los del gobierno, tuvieron que perforar las paredes de casa por casa comenzando por la “casa de la almohada” ubicada en la calle de las provisiones cerca del comando liberal.

Los callejones eran nominados según las personas importantes que en ellos vivieron, así se decía, el Callejón de Tile; el de Mendoza; el de las Araujo; el de María Marulanda, etc.

Personajes Importantes:

Don Bartolo Parodi, Don Crispin Medina, Don Guillermo Araujo, Don José María Dávila y Camilo Urbina, telegrafistas; Don Lucas Gómez Aragón, Don Juancho Daza, Don Adalberto Abuchaibe, Nelson Parodi, José Agustín Mendoza, Fidel María Gómez, Dámaso Parodi, Tomas C. Medina, Cicerón Tovar S., Don Vicente Mendoza y Don Ramón Penso, hombre interesante no solo por su decencia, bondadoso e inteligente y poseedor de una de las fincas más grande de Fonseca.
Abelardo Romero el eterno maestro y tantos más que se escapan de mi agonizante memoria.

Entre los acontecimientos importantes en cuanto a la salud publica del Fonseca de entonces, es digno de contar, la lucha contra el paludismo, flagelo endémico de todos los pueblos de la Provincia especialmente después de los meses lluviosos. Es digno de hacer notar que las fiebres palúdicas se presentaban más entre los niños y jóvenes que en las personas de edad avanzada.

Por iniciativa de el Doctor Octavio Gómez, todos los años se desecaban las lagunas y pantanos aledaños al pueblo; para ello se hizo un caño que llevaba las aguas de lluvias del pueblo desde el oeste hasta el noroeste, por la parte norte de la que hoy es la Avenida de la Carretera e iba a desembocar en la cañada “La Guaca”, antiguo cause del Río Rancherías. Esta campaña sanitaria fue coadyuvada, con un éxito rotundo, por la acción de fumigación con D.D.T. de la compañía Roquefelex y maquinaria especializada y dirigido por el hijo adoptivo de Fonseca, hombre recordado Señor Molina quien aún vive en Valledupar.
 
Los pueblos de Villanueva, San Juan del Cesar, Fonseca y Barrancas hacían su comercio con las ciudades costeñas de Barranquilla, Riohacha, Santa Marta, Cartagena, saliendo a los mismos caminos de herradura, en bestias. El comercio principal de exportación eran cueros, café, panela, ganado para el consumo de carnes, etc.

Para ir a cualquiera de estos pueblos había que viajar en bestia durante 3 o 4 días. Hagamos uno, de Fonseca a Santa Marta: se salía a las 4 a.m. y se llegaba atravesando la pequeña cordillera, a las 2 p.m. al estadero “Loma Grande” de propiedad de Don Miguel Angel Brito. De allí, saliendo muy de madrugada, se llegaba a Barbacoa  o a “El Habre” y de este ultimo se viajaba a Riohacha durante las ultimas horas de la mañana para retomar a las 4 p.m. una lancha que lo llevaba a una goleta (embarcación de madera) movida por el viento con velamen de tela. Se podía amanecer en Santa Marta o durar 24 horas o más esperando una brisa favorable.
    
La carretera de Riohacha a los pueblos de la Provincia demoró muchos años para llegar a Fonseca. Fue trazada por el Ingeniero Andrade (el chiquito Andrade como se le conocía en la región por la altura de más de 2 metros). Llego a Fonseca durante la segunda administración del Doctor López Pumarejo por allá en diciembre cuando fue inaugurado el puente sobre el Río Rancherías.

Con motivo de ello estuvo en Fonseca el Presidente López con varios de sus ministros y el Alcalde de Bogotá, Doctor Jorge Soto del Corral. Después de una esplendorosa comida, en una de las mejores casas del poblado, pidió el Presidente López que lo llevaran a conocer el pueblo y bajo una luna llena resplandeciente y acompañado por una nutrida concurrencia, se detuvo en plena calle y pidió que le trajeran al Señor Alcalde y presente este, le dijo: “Señor Alcalde Parodi tengo el placer de presentarle al Alcalde de Bogotá, Doctor Soto Del Corral”. Don Nelson Parodi le contestó: Nelson Parodi Alcalde de Fonseca, Alcalde por Alcalde.

Poco después el Doctor López Pumarejo dirigiéndose a la multitud, dijo: “No me han dicho nada sobre la carretera que hoy les he hecho llegar a Fonseca. Uno de la concurrencia después de darle las gracias, se lamentó de que aún no estaba terminada y que solo era transitable en verano ya que en el invierno era imposible, entre la multitud con gran énfasis exclamo alguien: “hasta esa vaina Señor Presidente”. Hubo grandes carcajadas y aplausos.

Hoy Diario del Magdalena: Adiós al “Compae Chipuco”

Adiós al “Compae Chipuco” 

Por Lida Peñalver 

Nació en una región de fies­tas y riñas de gallos, de gemi­dos de trapiches y relinchos de caballos. Y de muchachas bo­nitas cual tardes primaverales. Tierra alegre de acordeón... así lo dice una vieja canción descri­biendo a la tierra del compositor José María "Chema" Gómez. El juglar de Fonseca, el guajiro que se vino a vivir a Santa Mar­ta, hace muchos años, con el fin de, desde aquí, velar por su folclor.


Y fue así como Fonseca se quedó triste, sin su verdadero cantor, y por ello en una can­ción dice: 
"Ya no se escuchan trapi­ches ni caballos ni acordeones, ya no cantan sus mujeres sus canciones provincianas, ya no canta Raúl Parodi, ni Vásquez ni "Chema" Gómez, que cantaron las leyendas de esta tierra inol­vidable"... continúa este tema que habla de esos juglares de La Guajira que se han ido.

Y ahora se fue José María "Chema" Gómez, quien falleció ayer a la edad de 95 años en la ciudad de Santa Marta, a causa de un ataque al corazón.

En busca de una oportuni­dad para sus hijos y para él mismo como profesional de la odontología, el maestro "Che­ma" Gómez decidió, en el año 1937, radicarse en la ciudad de Santa Marta, o sea que hace 66 años muy joven llegó a estas tierras y viajaba mucho a su tierras y viajaba mucho a su ciudad natal.


Y entre ires y venires compu­so más de 15 temas que son muy conocidas a nivel nacional e internacional, como "El compae Chipuco", que puso de moda a nivel internacional el cantante samario Carlos Vives y en donde precisamente cuen­ta la historia de ese viaje a Fonseca, tomando la carretera hacia el Valle de Upar.


"Viajando para Fonseca
yo me detuve en Valledupar (bis)
y allá en la plaza me encontré
con un viejito bien plantao
y al pasar le pregunté
oiga compae cómo se llama usted (bis).

Me llaman compae Chipuco
y vivo a orillas del Río Cesar (bis) 
Soy vallenato de verdad
tengo las patas bien pinta
con mi sombrero bien alón
y pa 'remate me gusta el ron (bis).

Soy vallenato de verdad no 
creo en cuentos no creo en na' 
solamente en Pedro Castro
Alfonso López y nada más.

Soy vallenato de verdad
no creo en cuentos no creo en na'
solamente en Pedro Castro 
en Santo Eccehomo y nada más".


Carlos Vives con este tema logró inmortalizar a "Chema" Gómez Daza, quien dejó este mundo feliz pues sabe que fue buen padre, un buen profesio­nal y un hombre que siempre defendió el folclor vallenato, su esencia.

Este hombre fue un defen­sor de la expresión autóctona del folclor vallenato y decía siem­pre que podía: "Es que se ha perdido el sentido de la métrica y de la rima que caracterizaban al vallenato tradicional".

Y es cierto, recordemos que la canción de este juglar está enriquecida de las cosas senci­llas de la vida pero que hacen parte de una historia popular, de métrica y sentido, y fue así como el cantante vallenato Iván Villazón también logró hacer grande a este juglar a quien le grabó "El pio­jo", con la cual ha puesto a bailar a los amantes de este folclor.

Así mismo temas como "El   beso", "Fonseca" ha­cen parte del repertorio de este composi­tor que tiene más de 15 can­ciones en su haber.

"Chema" Gómez se vino a radicar en Santa Marta, tierra que lo acogió a él y su familia, sus hijos Margoth, Sarita, José Lu­cas, Júnior y Álvaro, quienes lo rodearon de amor especialmen­te en estos últimos años de su vida.

Vale la pena decir que "Che­ma" Gómez es uno de los más destacados compositores de La Guajira y del Antiguo Magdale­na Grande, que se destaca por canciones como "Compae Chipuco" con la cual Carlos Vives ha prendido el amor por el fol­clor vallenato, en el mundo.

Ayer a las once de la maña­na dejó de respirar a causa de un infarto al corazón, pero an­tes el maestro le dejó una can­ción a Santa Marta, la cual está a la espera que alguien la gra­be.

De su muerte su hijo José Lucas Gómez dijo: "Mi padre fue uno de los grandes compo­sitores, ya que la gente durante tantos años ha escuchado su música".

De los últimos días del maes­tro "Chema" Gómez da a cono­cer su hijo que fueron malos, pero en paz y le pedía a Dios que terminaran sus días aquí, pues quería ir al cielo, para jun­to a su amigo Pacho Rada, pren­der dejar escuchar el folclor va­llenato en el cielo.

Son muchos los cantantes que quieren retomar las sendas del vallenato tradicional, pero regrabando música de anta­ño. Y se puede de­cir que el folclor vallenato está vi­viendo de las glo­rias del ayer: Como Alejandro Duran, Leandro Díaz, Escalona, y de este gran hom­bre "Chema" Gó­mez, quien se en­cuentra en la paz del Señor.

Su se­pelio será hoy en el Cementerio San Miguel a las 4:00 de la tarde.

Publicado en el periódico Hoy Diario del Magdalena, el martes 12 de agosto del 2003.